Cerámica romana

En clase hemos conocido dos tipos de cerámica, de estilo romano: las ánforas y las lucernas.

Las ánforas eran recipientes de gran tamaño con dos asas y un gran cuello estrecho. Fueron empledas para transportar alimentos como uva, aceitunas, cereales, pescado y otros productos como el aceite o el vino.

Las lucernas eran lámparas hechas con piedra, utilizadas para proporcionar luz, a base de una mecha impregnada en aceite de oliva, el cual se introducía en el pequeño depósito. Estos recipientes existían desde la Prehistoria, pero fueron los romanos quienes aumentaron su uso.

Los niños/as han realizado con arcilla unos pequeños cuencos, trabajando el arte del modelaje. Los pasos que hemos realizado han sido los siguientes:

1. Moldeamos una bola con las dos manos, intentando que no queden grietas.

2. Con el dedo pulgar, hacemos presión en el centro de la bola de arcilla.

3. Una vez que tenemos el hueco, vamos modelando, con ayuda de los dedos, dándole forma a nuestro pequeño cuenco.

4. Dejamos secar un día la arcilla.

5. Una vez seca y dura, podemos pintarla con pintura.

 6. Dejamos secar la pintura y ya tenemos nuestro cuenco, ideal para guardar pequeñas cosas.